Hay países que no están casi nunca en la lista de prioridad como para visitar porque los creemos muy lejos, porque son muy fríos, caros y muchas veces por falta de información. Pero si un día se te presenta la oportunidad de visitar Islandia, no podes decirle que no. Si te gusta la naturaleza y la vida de camping, puede llegar hacer el lugar perfecto para desconectarte.
Estas tierras recónditas que fueron áreas de vikingos, se encuentran en el extremo noroeste de Europa y por debajo de Groenlandia. Digamos que es una isla llena de opuestos a cada paso que uno da en ella.
Tiene llanura pero a un par de kilómetros te encontrás la montaña, continúas y hay un río pero también tiene lagos y playas. Hay cascadas pequeñas y a su vez cataratas. Hay desiertos y glaciares. Islandia tiene toda la naturaleza que te puedas imaginar e incluso tus ojos se pueden llevar guardado las imágenes de un cielo lleno de colores moviéndose revoltosamente. Hablamos de las auroras boreales.
O también se las conoce como las luces del norte, y estas son un fenómeno natural que provoca una luminosidad inexplicable, llenando el cielo de colores verdes, rosas, azules, creando una belleza indescriptible. Esto sucede cuando los vientos solares afectan al campo magnético de la Tierra, las partículas liberadas quedan retenidas en la atmósfera, dando lugar a las tormentas solares.
Claro que uno llega a Islandia y no tiene asegurado ver las auroras, si no, que hay que ir en su busca, casi como cazándolas. Condiciones varias, como que no haya ni una nube, que este estrellado, que haga frío, que no corra mucho viento, estar cerca del mar, y esperar al aire libre a partir de las 10 de la noche. Si todo esto se cumple tenés la suerte de emocionarte viendo este fenómeno. Las auroras empiezan llegando por el horizonte, se ve como un resplandor verde claro. El tiempo va pasando y el color se vuelve más intenso, el cielo se llena de formas. Los verdes se vuelven rosas, azules, van modificándose, son movimientos inexplicables, como luces danzantes, en un cielo estrellado.
Si bien esto es de lo más emocionante que te puede pasar en Islandia, encontrarse delante al Glaciar Lagoon también lo es. Tanta maravilla de naturaleza te pone la piel de gallina al ver bloques de hielos inmensos, formando diferentes figuras, en una laguna que culmina en el mar, todo congelado en el medio de las montañas.
Otra parada obligatoria en las tierras vikingas es el Geysir, que en lengua islandesa quiere decir ‘emanar, erupcionar’. Es el más antiguo y uno de los ejemplos más impresionantes de este fenómeno en todo el mundo, lo que hizo que sea el punto más visitado de todo el país. Este Geysir puede lanzar agua hirviendo hasta más de 80 metros en el aire. Sin embargo, las erupciones no suelen ocurrir a menudo y en el pasado ha habido épocas en que no se han presentado durante años. Pero en el 2000, durante un terremoto, el Geysir llegó a 122 metros durante dos días y es considerado el más alto.
Además, hay varias cataratas inmensas como la de Gullfoss, situada en el cañón de un río, que cuenta con dos caídas de 21 metros. Y hay cascadas que merecen ser visitadas como la de Seljalandsfoss, que tiene una altura de 60 metros y cae por un acantilado, donde uno se puede adentrar y ver el agua caer por detrás. También es importante hacerse un lugar para visitar varias de las playas, ya que son de arena negra, por ser volcánica y muchas de ellas tienen cuevas.
Por otro lado, a medida que viajan por aquí deben ir atentos porque se pueden encontrar con aguas termales, y que mejor para aprovechar un baño calentito y relajarse.
Mas allá de la espectacular naturaleza que esta isla ofrece, Islandia tiene bastantes datos curiosos. Por ejemplo, en todo el país la gente se abastece solo con electricidad, no usan gas. Es más, en el interior, sobre todo en los campos se bañan con agua fría, en cualquier época del año, así haga menos once grados.
Y los apellidos son la gran novedad, al principio uno no entiende porque todos terminan de la misma manera. El caso más claro se ve por ejemplo en su selección de fútbol, donde esta Rurik Gislason, Runar Runarsson, Ragnar Sigurðsson, todos terminan en sson. Lo que pasa es que al apellido lo crean tomando el nombre del padre y agregándole la terminación “sson”, para cuando es varón, y “dóttir”, para la mujer. Es decir, que si un tal Leif Ericsson, tiene un hijo varón, será de apellido Leifsson y su hija mujer, Leifdóttir. Al suceder esto y sumándole que son sólo 350 mil habitantes, comienzan los problemas a la hora de conocer a alguien de manera amorosa. Es por esto que existe una aplicación para celulares, donde los islandeses escriben su nombre y el de la persona que conocieron y ésta les da el resultado de si tienen un parentesco, o no.
Como en muchos e los países nórdicos, Islandia no se queda atrás con los problemas de alcoholismo en la sociedad, es por esto que las bebidas solo pueden ser compradas en comercios aptos y dentro de una franja horaria, que generalmente es desde la mañana hasta las seis de la tarde.
Por estos datos de color que uno se va encontrando a medida que conversa con los islandeses, por su amabilidad, por la historia de los vikingos y por la belleza que envuelve a esta isla muy diversa, Islandia merece ser considerada para visitar. Eso si, lleven un buen equipo de abrigo.