Descubriendo a los australianos

Hoy se cumplen tres años desde que llegue a Australia. Me di cuenta de que convivir con Australianos es hablar un inglés del más allá, tomar cerveza por deporte sin interesar que sean las nueve am. Es tan fundamental que cada estado tiene su propia marca de cerveza.

Además entendí que lo importante es el footy seguido por la pesca y no el fútbol, ni el rugby. Aunque el surf es parte de esta nación, pero solo para quienes le gusta madrugar y no tienen largas noches.

Vivir aquí también es comprender que la comida muy elaborada no es lo suyo, no pidas algo más típico que un fish and chips (pescado con papas) o un pie (mini tarta), pero que si de Café hablamos, esto es otra historia. Ni siquiera los definiría como amantes, sino que obsesionados. Ser barista es más importante que un ingeniero con cinco másters.

Las vacaciones para un Aussie (como se autollaman) se basan en ir de camping en tremendas camionetas, caravanas, casas rodantes, o carpas hipermodernas, nada de andar encerrándose en hoteles cinco estrellas.


Y claro, los animales se llevan el premio. Ya sabemos de los canguros, koalas, y también de las víboras, tiburones, arañas. Pero la lista no termina acá, cocodrilos, perros salvajes, vacas, pájaros sin problema alguno de atacarte a la cabeza. Aun así, uno se acostumbra y deja de tener miedo. Que malas noticias hay, las hay. Pero el australiano entiende tanto de la libertad que han logrado convivir en armonía y para ellos todo es un: “No worries, mate” (no te preocupes, compañero). Aquí, nunca pasa nada.

La diversidad.

Es un país que se aprende a querer con el pasar del tiempo, a su gente le tomas cariño y comenzás a distinguirla, porque hay australianos y australianos, todo varía según donde vivan, en donde trabajen. Aquí, todo pasa por el “depende”.

No te inquietes si ves una mujer muy maquillada, porque sí, las australianas aman ponerse maquillaje como para tres días. Para muchas el bótox, las cejas tatuadas y las pestañas alargadas es más que normal. Mientras que ellos son mucho más descontracturados, aunque los hay robustos de gimnasio con bastantes proteínas encima, los arreglados de camisa playera y los grandotes barbudos con remera de pescados y si, la caña en mano.

Además del surf, desde niños practican la pesca

Por otra parte, los estados son muy distintos entre sí, cada región es diferente. Una cosa es la costa este y otra muy diversa lo es la oeste. Como también todo cambia si vas al sur o al norte. Australia es tan grande y tan despoblada que sus habitantes creen que son un continente en el medio del planeta. En su planisferio ubicaron Australia al medio y debajo, para no sentirse tan apartados del mundo. Pero aun así lo están, se sienten en una burbuja y no dependen de nadie. Los australianos están acostumbrados, en todos los ámbitos a sobrevivir solos y es tan así que le han esquivado perfectamente a la pandemia mundial.


Su propio idioma.

En estas tierras rodeadas de agua aprendí hablar un inglés diferente, digamos que bastante diferente. Usan palabras que jamás nos enseñarían en un instituto, pronuncian de una manera que nunca hubiésemos imaginado y acortan un 80 por ciento las palabras. Muchas veces a los extranjeros no nos entienden, pero lo más extraordinario es que entre ellos tampoco se comprenden. He sido partícipe de situaciones donde dos mismísimos australianos se han tenido que repetir una oración para que el otro le responda un: Ahhh.

Por otra parte, emplean muchos modismos y se comunican de manera informal. Por ejemplo, el modismo más común es: “Mate” (compañero), lo usan en todas las oraciones y para todos, antes o después de decirle algo a cualquiera, ya sea su amigo, compañero de trabajo, familiar, a quien sea, le dicen mate. Hasta a sus propios hijos los pueden llamar de esta manera.

Otros modismos típicos son: G’day!, para saludarse ya sea de día o de noche, barbie, una barbacoa y arvo, en vez de afternoon (tarde).

Famosa ventana en el Parque Nacional de Kalbarri.

Estas son tan solo algunas de las cosas que se descubren en este gran país-isla, pero para esto hay que animarse a salir a recorrerla y no visitar las urbes más típicas como Sydney o Melbourne, aquí no van a encontrar al Aussie del interior que sí vale la pena conocer.

En definitiva Australia es el país de las distancias extremas, de la variedad, la diversidad, de la naturaleza salvaje, de las tierras desérticas y de las playas extensas. Un rincón del mundo digno de descubrir.

A %d blogueros les gusta esto: